Desde ayer, las diferentes cadenas públicas de TVE dejaron de emitir publicidad comercial. Los últimos spots publicitarios se emitieron en Nochevieja, incluyendo un breve recopilatorio de los anuncios que a lo largo de los últimos 50 años había emitido el ente público. Durante la gala de Nochevieja se recordó hasta la saciedad este cambio histórico en TVE.
Aún no se tiene fundamentos claros sobre si será positiva o negativa esta decisión. El razonamiento que muchas veces se esgrime para justificar la decisión es como poco bochornoso: se va a ganar en calidad porque no hay publicidad. Fantástico. Según esto, la calidad de una televisión se valorará en función de la cantidad de publicidad que lleve y nunca en función de los contenidos televisivos, que es lo que en realidad debería marcar la calidad del teleoperador.
De igual modo, habrá que esperar cierto tiempo para analizar si la merma en los ingresos publicitarios afectará a las cuentas de RTVE y a las del propio Estado, ya que si los contenidos son similares también lo tendrán que ser los gastos. Con una salvedad: ya no se ingresa por publicidad, por lo que todo saldrá de las cuentas públicas, con todo lo que ello implica y sobre todo con la actual situación económica que atraviesa nuestro país.
Para terminar: resulta curioso que se repitiera en múltiples ocasiones el fin de la publicidad en la cadena pública durante la gala de Nochevieja y que conforme salía un artista nuevo se hablaba sobre su nuevo disco y se animaba a comprarlo para disfrutar del resto de canciones. Como mínimo resulta curioso.
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