José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy han acordado personalmente que Alberto Oliart se convierta en el nuevo presidente de RTVE, cargo que hasta el próximo viernes ocupará Luís Fernández, quien presentará la dimisión ante el Consejo de Administración del ente público. El nombramiento del presidente de RTVE debe hacerse con el acuerdo de dos tercios del Congreso, proporción que PSOE y PP alcanzan. Oliart será presidente durante los tres próximos años, ya que era el tiempo que le quedaba a Fernández para cumplir su mandato.
Alberto Oliart, de 81 años y natural de Mérida, fue Ministro de Industria y Comercio y también ocupó más tarde la cartera de Sanidad y Seguridad Social con Adolfo Suárez. Ya en el gobierno de Calvo Sotelo fue Ministro de Defensa. El resto de su vida profesional ha estado ligado al mundo de la abogacía, de la empresa y de la administración pública. Estuvo en diversos cargos dentro del Ministerio de Hacienda del régimen franquista. Más tarde pasó a ocupar el puesto de Director Administrativo y Financiero de RENFE para nombrarlo dos años después secretario general de RENFE. Ya en la etapa democrática y tras la desaparición de UCD fue ejecutivo del Banco Hispano Americano y de Cortefiel.
La carrera del ex ministro nunca ha tenido relación con los medios de comunicación, como el mismo ha reconocido. “Si me llaman y creen que tengo que hacerlo y que lo puedo hacer, pues lo intentaré”, comenta Oliart sobre su aceptación del cargo. Tras hablar sobre su nombramiento, Oliart expresó que su intención es que la Corporación RTVE esté protagonizada por la “objetividad y neutralidad”, al tiempo que admitió que “una sociedad tan plural como la española necesitan de una radiotelevisión pública lo más aséptica posible”.
El nuevo presidente de RTVE tendrá dos importantes retos en el futuro: la nueva financiación de la televisión pública causada por la supresión de la publicidad en la cadena a partir del próximo 1 de enero y la adaptación a la TDT tras el apagón analógico del próximo mes de abril. El que más preocupa a directivos y políticos es el primero de esos retos. ¿Cómo se financiará una televisión que durante los últimos años es deficitaria y que ahora se le elimina la publicidad? A esa pregunta deberán hacer frente tanto Alberto Oliart como los políticos que le han colocado en el puesto.
Rumores en el entorno de Luis Fernández y de la propia RTVE admiten que la salida del aún presidente de RTVE está relacionada con su desacuerdo con el Gobierno en la eliminación de la publicidad a partir del año 2010. Oficialmente, Fernández ha desmentido este extremo. Entre los logros que se le reconocen a Luis Fernández es el de haber cogido a una televisión pública que tenía unas audiencias que caían empicado y haberla colocado como líder con unos contenidos al menos decentes.
Sin embargo, en el aspecto negativo de su gestión y promovido por el Gobierno está el ERE que afectó a los empleados mayores de 52 años. Cabría preguntarse si tiene sentido que se prejubile a profesionales del periodismo por tener más de 52 años y que ahora se coloque al frente de la Corporación RTVE a un anciano de 81 años que nunca ha tenido relación con el mundo de los medios de comunicación. Que se ponga las pilas rápido, porque mucho tiempo no le queda…
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